Salmos 70
El Salmo 70 es un hermoso cántico de súplica y confianza en Dios. En este salmo, el salmista expresa su necesidad de ayuda y protección divina ante sus adversarios. Con un lenguaje poético y emotivo, el salmista clama al Señor en busca de su intervención salvadora.
El salmista comienza este salmo con una petición urgente: “¡Oh Dios, ven a librarme! ¡Oh Señor, date prisa en socorrerme!”. Esta súplica refleja la angustia y la necesidad de ayuda inmediata del salmista. Reconoce su dependencia total de la ayuda divina y confía en que Dios no lo abandonará.
El salmo continúa con una descripción de los enemigos del salmista, quienes buscan su ruina: “Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan”. El salmista confía en que Dios frustrará los planes de sus enemigos y los dejará en la derrota.
En medio de su aflicción, el salmista recuerda la fidelidad y el amor de Dios. Él dice: “Mas yo estoy afligido y necesitado; apresúrate a mí, oh Dios”. A pesar de la dificultad, el salmista se aferra a la esperanza de que Dios acudirá en su auxilio. Confía en que Dios no lo abandonará y que lo rescatará de sus dificultades.
El salmo concluye con una exhortación a la alabanza y la gratitud: “Mas regocijense y se gocen en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido”. El salmista invita a todos los creyentes a unirse en la alabanza y la adoración al Dios que es capaz de salvar y proteger.
En resumen, el Salmo 70 es un cántico de confianza y súplica a Dios en medio de la adversidad. Nos enseña que, incluso en momentos de angustia, podemos confiar en la fidelidad y el amor de Dios. Su respuesta no siempre vendrá de la manera que esperamos, pero podemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros y nos sostendrá en todo tiempo.
- Comentário I.A. do Jetpack – WordPress
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<< 1 Apressa-te, ó Deus, em me livrar; SENHOR, apressa-te em ajudar-me.
2 Fiquem envergonhados e confundidos os que procuram a minha alma; voltem para trás e confundam-se os que me desejam mal.
3 Virem as costas como recompensa da sua vergonha os que dizem: Ah! Ah!
4 Folguem e alegrem-se em ti todos os que te buscam; e aqueles que amam a tua salvação digam continuamente: Engrandecido seja Deus.
5 Eu, porém, estou aflito e necessitado; apressa-te por mim, ó Deus. Tu és o meu auxílio e o meu libertador; Senhor, não te detenhas. >>